
Más de la mitad de la población en Estados Unidos afirma tener piel sensible y otros países del primer mundo muestran estadísticas similares. En nuestra opinión, esta es una acusación sobre los productos que usa la gente.
La sensibilidad puede ser una reacción a su perfume, champú, acondicionador o detergentes. La sensibilidad se muestra como enrojecimiento después de aplicar el producto. La piel tiende a enrojecerse, se agrede fácilmente cuando se somete a estrés, se marca y cicatriza con facilidad.