Los peligros de la sobreexposición de la piel a la luz solar han quedado bien documentados en los últimos años, lo que ha provocado un aumento del uso de protectores solares. Y aunque la protección solar es vital, es importante equilibrarla con una exposición al sol suficiente para obtener una dosis saludable de vitamina D.
¿Cuál es la función de la vitamina D en el organismo?
Aunque la vitamina D puede complementarse y encontrarse en ciertos alimentos, se considera que el sol es la mejor fuente para que el organismo mantenga una salud óptima. Sin suficiente vitamina D, corremos el riesgo de sufrir graves consecuencias para la salud, como osteoporosis, debilidad muscular, cáncer y depresión.
He aquí algunas de las formas en que la vitamina D ayuda al organismo:
– Regula la homeostasis del calcio y el fósforo para mantener la mineralización ósea, garantizando el desarrollo normal de los huesos
– La vitamina D puede regular la diferenciación y el crecimiento celular para minimizar el riesgo de cáncer colorrectal y de mama
– Estudios observacionales muestran que la vitamina D reduce la susceptibilidad o la gravedad de enfermedades autoinmunes como la diabetes, la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, la enfermedad de Parkinson y el lupus eritematoso sistémico
¿Qué papel desempeña la vitamina D en la piel?
La vitamina D no sólo es importante en las funciones internas del organismo, sino que también desempeña un papel muy importante en la piel.
– Inhibe el desarrollo de carcinomas (disminuye el riesgo de cáncer de piel)
– Regula la producción de lípidos cutáneos que forman parte de la barrera cutánea
– Proporciona efectos antiinflamatorios
– Ayuda a regular las respuestas inmunitarias de la piel.
La función de la vitamina D en la piel destaca por su uso en el tratamiento de diversas afecciones cutáneas como la psoriasis y la dermatitis atópica.
¿Cuánta exposición al sol necesitamos?
A pesar de la importancia de esta vitamina, es importante no exponer la piel al sol durante demasiado tiempo, sobre todo si se tiene la piel clara. Existe un punto durante la exposición al sol que se denomina dosis eritematosa mínima (DEM), es decir, el punto en el que pueden observarse los primeros indicios de enrojecimiento. Una vez alcanzada la MED, no será beneficioso seguir exponiéndose al sol y dejará de producirse vitamina D.
Algunos de los factores que determinan cuánto tiempo debe pasar al sol son:
La distancia a la que vives del ecuador
Cuanto más lejos se vive del ecuador, menos vitamina D se produce en la piel. Esto se debe a que los rayos solares, sobre todo los UVB, son absorbidos por la capa de ozono y son menos intensos a mayor distancia del ecuador. Esto significa que hay que pasar más tiempo al sol o tomar suplementos de vitamina D.
El color de la piel
El color de la piel viene determinado por un pigmento llamado melanina, que ayuda a proteger la piel del exceso de luz solar, como un protector solar natural. Esto significa que cuanto más oscura sea tu piel, más tiempo tendrás que pasar al sol para obtener la dosis necesaria de vitamina D.
La hora del día
La luz solar es más intensa en las horas centrales del día, por lo que se necesita menos tiempo de exposición para obtener la vitamina D necesaria que por la mañana o por la tarde. El mediodía suele ser el momento más eficaz para obtener la dosis diaria de vitamina D.
La cantidad de piel expuesta
Si llevas ropa larga, menos parte de su piel recibirá la luz solar, lo que disminuirá la ingesta de vitamina D. Unos pantalones cortos y una camiseta supondrán más vitamina D y, por tanto, menos tiempo de exposición a la luz solar.
Teniendo en cuenta todos los factores, en general se recomienda aplicar protector solar después de 10 a 30 minutos de exposición al sol sin protección para evitar consecuencias perjudiciales como quemaduras solares y otros daños en la piel.
¿Qué es lo mejor en cuanto a protección solar?
Está claro que el sol proporciona vitamina D beneficiosa para la salud, pero si se va a pasar un tiempo prolongado al sol, hay que aplicarse protección solar. La luz solar favorece a los microbios coevolucionados frente a los patógenos, por lo que, para conseguir un microbioma equilibrado, es necesario exponerse al sol sin protección y utilizar una protección solar que favorezca -en lugar de destruir- el microbioma.
Elegir un protector solar
Muchos protectores solares modernos contienen sustancias químicas sintéticas nocivas que pueden dañar la piel. Uno de ellos es el octocrileno, que se ha acumulado de forma sistémica en las regiones glandulares del cuerpo, incluso meses después de dejar de usar el producto. Otro ingrediente que también es increíblemente tóxico para el entorno natural es la oxibenzona, ya que una sola gota mata el coral en el agua de 6,5 piscinas olímpicas, y se utiliza una media de 26 gotas por aplicación, lo que equivale a 169 piscinas olímpicas.
El protector solar Esse es completamente mineral y utiliza óxido de zinc recubierto de cera para proporcionar una protección SPF30 que bloquea los rayos UVA y UVB, mientras que los potentes antioxidantes de los extractos de Myrothamnus, Rooibos y hoja de olivo eliminan los radicales libres generados por la exposición al sol.
Otras razones por las que Esse Sunscreen debería ser tu primera elección son que:
– No contiene nanopartículas, por lo que es más seguro para la piel y el microbioma
– No contiene perfume y es apto para pieles sensibles
– Es respetuoso con el microbioma y los arrecifes de coral.
*Fuentes: https://www.vitamindsociety.org/
https://www.healthline.com/nutrition/vitamin-d-from-sun#dangers
https://lpi.oregonstate.edu/mic/vitamins/vitamin-D